
No soy la virgen de piedra
cargando una cruz de gemas
de hecho, no me importa si volvió tu divinidad
y las maderas están desnudas,
no me conmueven los creyentes peregrinos
ni los horrores de su revolución.
No voy a estructurar mis formas
ni a perder mi condición etérea
porque soy fiel
soy una ninfa de bronce
desnuda y floreada
soy inmediata
mi superficie es rugosa
yo pinto el mundo que veo
como los mexicanos muralistas y sus densas pinceladas,
me expongo a la vibración de la luz
y me opongo a la retórica académica,
dibujo dos alas rojas
y proyecto desde mi génesis
mi lucha pendiente por la libertad.